Enigmática lancha de granito
situada en la Cañada Real Leonesa (cordel) en el término municipal de Santa
Cruz de la Sierra, a la altura del Guijo de la Dehesa Pretoria y del regato de “Valquemadillo”,
también llamado “Arroyo del Guijo”.
En su momento, puse algunas fotos de como
yo y mi familia pasábamos allí un día de campo en plena llanura, a saber, balón
de fútbol, bocadillo de salami, expedición al río y también aprovechamos para limpiar un poco la
arena y el musgo seco que había en unas curiosas cubetas que presentaba una
lancha de granito, de la que tiempo atrás me había hablado un vecino del lugar
(Joaquín F.V.) de cuando él era ganadero y su ganado pastaba en esa cañada.
Al
parecer algún versado en la materia vio las fotos que puse y aquello le pareció un
sacrilegio, debo suponer que sin interesarse lo más mínimo por el contexto, según su testimonio estábamos estropeando lo que podía haber debajo, tal
como si estuviéramos haciendo una prospección arqueológica en el suelo del
teatro romano de Mérida. Menos mal que dicha lancha de miles de kilos no la podíamos
cargar en el Suzuky, sino, lo mismo se hubiera tratado de expolio. Pues mire, no, ni estábamos en Mérida, ni en San Juan el Alto, ni en la sierra de Santa Cruz, estábamos en pleno llano de los ejidos, en una Cañada Real, fuera de contexto arqueológico alguno y no, al parecer, finalmente no era antrópico y a continuación lo explico, porque aunque traté de movilizar a arqueólogos, no fue posible que se acercasen a verlo. Lo de casi siempre...
Va a llegar
un punto en el que cuando salgamos al campo, no nos vamos a poder sentar en tal sitio porque
allí cagó un romano y nuestros hijos no van a poder jugar entre los canchos no
sea que haya allí enterradas las cenizas de algún difunto de la edad de los
metales. Hasta las cabras pueden beber de una marmita de pastor (pilas por
erosión del granito) pero nosotros no podemos enredar en ellas no sea que sean
cazoletas.
Pues bien, voy a contar la
historia de la curiosísima lancha de marras. Por medio de un amigo especialista en
hacer escaneos 3D con láser me puse en contacto con un Arqueólogo de la UEX y
éste a su vez con un Geólogo, ambos vieron las fotos quedándose asombrados sin
poder determinar de qué se trataba, sin embargo la hipótesis que cobraba más
fuerza según su opinión es que se tratase de un fenómeno erosivo que tuviera
que ver con diaclasas y arenización del granito por medio de hidrólisis de
materiales más blandos que luego eran arrastrados por la escorrentía de la lluvia.
No obstante no recordaban haber visto nada parecido. Me puse también en
contacto con un amigo Ingeniero de Minas y con otro amigo Geólogo, este último sí estuvo a
verlo conmigo y su veredicto fue también el de que se trataba de un
espectacular fenómeno erosivo que sigue líneas de nervaduras de
material duro, preferentemente cuarzo, con erosión por hidrólisis de las zonas más blandas, sobre todo, biotitas y feldespatos, que van dejando ese peculiar patrón limitado por las nervaduras de cuarzo.
Así que, ni sacrilegio, ni prospección, ni oportunismos, se trata de un fenómeno geológico harto singular como para poner en jaque a Arqueólogos y Geólogos y como para acercarse a observarlo porque está en Santa Cruz y ya de paso pasar un rato en el campo.